7 de julio de 2025

La tarde del 8 de mayo, el barrio 26 de Agosto de la ciudad de Tarija se vio envuelto en una tragedia que aún causa conmoción entre los vecinos. Una mujer, de entre 58 y 60 años, fue encontrada sin vida en su vivienda, presuntamente víctima de un ataque feroz por parte de los once perros que vivían en su hogar.



La escena, que despertó alarma y miedo en el vecindario, fue atendida por efectivos de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), quienes llegaron al lugar para proceder con el levantamiento legal del cuerpo. A pesar de las evidentes lesiones, principalmente mordeduras, que presentaba la víctima, un oficial de la policía presente en el lugar evitó confirmar que esas heridas fueran la causa de su muerte. «Estamos a la espera del personal de la Fiscalía y el médico forense, quienes realizarán el levantamiento legal del cadáver y la correspondiente autopsia», comentó el uniformado, visiblemente afectado por la crudeza de la situación.

Mientras se aguardaba la llegada de los expertos, el lugar se llenó de personal de Pofoma y Zoonosis, quienes evaluaban las condiciones de los canes y de la vivienda. La preocupación era palpable: ¿qué pasaría con los once perros que vivían en la casa? ¿Y cómo se gestionaría el peligro que representaban para los habitantes del barrio?

Varios vecinos, visiblemente consternados, no dudaron en confirmar que la mujer había convivido durante años con una cantidad considerable de perros, que incluso en el pasado llegaron a ser hasta veinte. «No les podías decir nada, se enojaban y los perros eran muy agresivos, a veces entre ellos mismos se mataban», comentó una vecina que, como muchos otros, escuchó los gritos desesperados de la víctima al mediodía, antes de que llegara la policía.

La situación, sin duda, ha dejado una marca en el barrio 26 de Agosto, donde muchos se preguntan cómo pudo llegar a ocurrir semejante tragedia. Por lo pronto, las autoridades trabajan para esclarecer los hechos y tomar las medidas correspondientes, mientras la comunidad observa en silencio, esperando respuestas.

A medida que la investigación avanza, la tragedia recuerda la importancia de la tenencia responsable de animales, y cómo una situación que parecía ser parte de la rutina diaria terminó con una vida que, lamentablemente, se perdió en circunstancias tan trágicas y dolorosas.